Entre los aerófonos, tallados originalmente en cuernos de antílope o en el marfil de la trompa de elefante, este tipo de cuerno con boca lateral se utilizaba para producir sonidos codificados con el fin de comunicarse dentro del grupo, en un contexto de caza, rituales en torno a la caza, o incluso para emitir música supuestamente para complacer a los espíritus ancestrales durante las ceremonias fúnebres. En las paredes están inscritos en relieve motivos animales muy detallados acompañados de escenas de caza. Pátina marrón caoba brillante. Mínimas abrasiones y erosiones. Altura sobre base: 55 cm. Asentados pacíficamente en el este de Angola hasta el siglo XVI, los chokwé fueron luego sometidos al imperio Lunda del que heredaron un nuevo sistema jerárquico y la sacralidad del poder. Sin embargo, los chokwé nunca adoptaron plenamente estas nuevas contribuciones sociales y políticas. Tres siglos después acabaron por apoderarse de la capital de la Lunda debilitada por los conflictos internos, contribuyendo así al desmantelamiento del reino. Los Chokwé no tenían un poder centralizado sino grandes cacicazgos. Eran ellos quienes atraían a los artistas que deseaban poner su saber hacer al servicio exclusivo de la corte. Los artistas crearon piezas tan variadas y de tal calidad que la corte de Lunda sólo las empleó. A partir del siglo XVIII, los intercambios con los europeos, en particular los portugueses, influyeron en sus esculturas.
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